miércoles, 12 de marzo de 2014

LOS MÁRTIRES




Quienes mejor han confesado la Fe, han sido los mártires:

La experiencia de los mártires y de los testigos de la fe no es característica sólo de la Iglesia de los primeros tiempos, sino que marca también todas las épocas de su historia. En el siglo XX, toda vez más que en el primer período del cristianismo, son muchos los que dieron testimonio de su fe con sufrimientos a menudo heroicos. Cuántos cristianos, en todos los continentes, a lo largo del siglo XX, pagaron su amor a Cristo también derramando su sangre. Sufrieron formas de persecución antiguas y recientes, experimentaron el odio y la exclusión, la violencia y el asesinato (Juan Pablo Magno, 7-V-2000).
La Confesión de Fe no es solamente la repetición devota y consciente del Credo. La Confesión de Fe supone un testimonio firme: A todo aquel que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos (Mateo 10, 32).

El mundo necesita que cada uno de los bautizados le ofrezcamos el testimonio de una fe generosa y heroica, sin cálculos humanos, sin instalaciones, de tal forma que si los movimientos y asociaciones seglares están guiados por el Espíritu Santo, y son fieles al carisma de cada uno de ellos, la Nueva evangelización será una realidad.

(Este texto fue tomado de la siguiente dirección: http://infocatolica.com/blog/contracorr.php/1304250230-necesidad-y-obligatoriedad-de-11)

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